LLEGA EL FIN DE AÑO...

En estos tiempos fríos por los que deambulamos nos hemos acostumbrado a la costumbre. Vivimos de costumbres establecidas y socialmente aceptadas, aunque en muchos casos carezcan de sentido alguno. Por no molestar, hacemos cola cada día en la lista de los mediocres para no perder nuestro lugar. Nos hemos acostumbrado a crecer, a querer y a temer sin sacar los pies del plato. Tanto es así que la nuestra no es una época de grandes revoluciones generales sino de pequeñas frustraciones personales.
A estas alturas, la Guerra de Irak se ha convertido en otra sección de costumbre en los informativos, como sucede con las redes criminales o los accidentes de tráfico. Ya nadie se asusta de nada a no ser que el miedo se presente directamente en nuestra casa a la hora de comer. A menor o mayor escala, todos acostumbramos a evadirnos de los problemas ajenos y concentrarnos en los propios, en los cercanos. De hecho, en este universo de genes culpables, quién sabe si cualquier día también descubren el gen de la costumbre en nuestras cadenas biológicas.
Del mismo modo, es un hecho preferir que los demás tomen las grandes decisiones y nosotros seguir viviendo de costumbres. El miedo a lo desconocido nos aflora desde muy adentro. La libertad es una utopía que nos venden vacía de contenido y a pesar de todo, sobrevivimos cada día. ¿Por qué? Tal vez sea que contrariamente, también existe la otra cara de la moneda en este mundo que fluctúa con los valores bursátiles.
En ocasiones nos sorprenden gestos ajenos a los que no estamos acostumbrados. Sucede cuando alguien nos demuestra su cariño y su comprensión, cuando nos encontramos con personas tan cargadas de humanidad que no miden lo que dan. Entonces, parece que la costumbre de hacerlo todo por costumbre se vacía de justificaciones. Sin entender el por qué, nos acarician todos esos sueños que no vienen en los genes ni que se compran con bonos canjeables. Quizás ocurra que simplemente, no estamos acostumbrados a las buenas costumbres. O que no nos damos cuenta del verdadero valor del corazón, desacostumbrados a sentirlo.
Me lo mandaron y al leerlo, muchas cosas pasaron por mi cabeza.
Quiero desearles a todos unas muyyy felices fiestas de corazon, lili.
2 comentarios
Corazón... -
Un abrazo y deseo que pases felices fiestas :)
;o)
Ruth -
Señora sola de sevilla, le deseo lo mejor, espero que pase unas fiestas inolvidables y un año nuevo lleno de amor. Señora sola de Sevilla, Felíz Navidad. Felíz Navidad a todos.